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Comidas navideñas

Diciembre es época de fiesta, de reuniones familiares, de menús elaborados y mesas más numerosas. Los compromisos y los brindis se suman a las obligaciones cotidianas, mientras los niños están de vacaciones y falta tiempo para casi todo. Aunque el espíritu de estas fechas está marcado por la alegría y los buenos sentimientos, lo cierto es que escapar de los sofocos no resulta tan simple. En especial, para quien cocina, ya que los fogones en Navidad van siempre a ritmo de vértigo...
 
La planificación y la organización son indispensables
Unas tostas de pan, alguna conserva, una bolsa de lechugas variadas y una fruta serán más que suficientes para elaborar una ensalada en tiempo récord, o unos originales canapés, como los de salmón, lechuga y naranja.
Las guarniciones son grandes aliadas. Se puede añadir más salsa o más acompañamiento para que los platos rindan al máximo.
Tener en casa una congelada para imprevistos. Se cuece en solo 15 minutos y, si la salteamos con un poco de ajo y aceite, combinará muy bien con los pescados asados. Si el plato está hecho a base de carne, la mejor opción es cortar patatas, cebollas y zanahorias en láminas finas y asarlas al horno.

Otro modo de inventar un plato rápido consiste en abrir o aplastar unas croquetas. Con esa bechamel se rellenan unos pimientos del piquillo y se cierran. Bastará asarlos en el horno con una salsa de tomate y un toque de nata para obtener unos pimientos rellenos con una estupenda apariencia.
Ingredientes congelados. La planificación parece una vía segura...Si se trata de marisco, no hay problema, ya que se puede introducir al agua de cocción todavía congelado.
Es recomendable tener pan congelado (sin cocer o de media cocción). Cinco minutos de horno a 180 ºC serán suficientes para resolver este problema y obtener pan recién elaborado y muy rico. Otra opción es utilizar el pan del día anterior que se guarde en casa. Se corta en rebanadas, se unta con aceite y se hornea durante uno o dos minutos a 200 ºC y se sirve en forma de deliciosas tostadas.
 
Si se pasa la sal
Una solución práctica es agregar un poco de agua, o dos o tres trozos de patata y dejar que se cocinen con el plato durante unos minutos más, para que la patata absorba la sal. Una tercera opción es rescatar el producto principal -la carne, el pescado, etc.- y aligerar por separado la salsa o, si es necesario, elaborar una nueva.
Anticiparse a las fechas 
Las salsas se pueden elaborar con tiempo y congelarse. El día que se van a usar bastará con sacarlas de la nevera. Otras preparaciones, como los fritos, los pimientos rellenos, los chipirones en su tinta, los caracoles o los guisados, pueden hacerse con uno o dos días de antelación y guardarse en la nevera. Este proceso, además de aliviar el trabajo el día de la cena o la comida, potenciará el sabor de esos platos.
Otra manera de disfrutar de la cocina es optimizar la combinación de recetas para ganar tiempo y comodidad. Por ejemplo, preparar dos o tres entrantes fríos, que puedan prepararse mucho antes, y uno caliente, que pueda hacerse en el horno o incluso en una cazuela para que pueda calentarse y servirse en poco tiempo. Conviene evitar las frituras de última hora: generan humo y olores intensos, y nos condenan a estar en la cocina, en lugar de sentarnos a la mesa con los invitados.

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