En este año, visitando en algunas fechas los camposantos dominicanos, una por cumplimiento propio en una que otra fecha de celebración del país, otra en apoyo, viví experiencias inolvidable en cada uno de ellos.
En La Vega, al igual que en el de Moca, fue traumático para mí….ahí en su camposanto, cuando necesitan enterrar un difunto, al anterior, lo sacan y lo depositan en un rincón entre tumba, en sacos los afortunados, sin reconocimientos, y los desafortunados, en cualquier sitio. Simplemente, lo tiran en lugar visible, donde el transeúnte, y el que quiera, recoge huesos que puede llevar a su casa…pues se encuentran, amontonados en sarcófagos abiertos y comunes…
En el de la Máximo Gómez, las personas que visitan a sus deudos, con miedo se trasladan entre mortajas y tumbas saqueadas...en muy mal estado, se tiene la necesidad de brincar escombros, abiertos nichos y sarcófagos, que por los delincuentes, buscando una que otras pertenencias con las que fueron enterrados, son profanados estos difuntos viejos y sus cajas rotas “a ver si encuentran algo” o se las cogen.
D e los otros puebles se dice lo mismo también que sus muertos no descansan…. debido al mal estados por parte de los que deben cuidar de estos lugares y de los ladrones que entre sarcófagos, buscan "cosas".
Fotos:
En esta vida ni en la otra se descansa en paz.
Cementerios de Moca, de la Provincia Espaillat, y de Santo Domingo, el de la Maximo Gómez.
En busca de “chelitos”, en el “Día de las Madres”, aunque estuvieran identificados en vehículos.
Huesos amontonados en sarcófagos abiertos.
Tirados en rincón, huesos de difuntos mocanos desafortunados.
Flores a mamá.
Limpiador esperando turno.
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