VIAJA A CHINA POPULAR.
CHINA HOY
Por Juan Taveras Hernández
El pasado domingo regresé de la República Popular China donde participé en un “curso de capacitación para periodistas latinoamericanos” auspiciado por el gobierno de ese país junto a los colegas Emilio Ortiz, editor económico del periódico El Nacional, de Luís –Lito- Santana, de El Caribe y Adalberto Grullón de Teleantillas, que se prolongó durante 19 días.
La China de hoy es radicalmente distinta a la China de 1949, a la China del pensamiento conservador y atrasado políticamente de Confucio, a la China agraria, la China feudal de dinastías milenarias que la mantuvieron aislada del resto del mundo. La China de hoy es una China que marcha hacia el desarrollo y el bienestar de los mil 300 millones de personas que la habitan.
La China de hoy, para que tengamos una idea de su grandeza, es la segunda economía más grande del mundo, la que produce el 70 por ciento de los juguetes del mundo, el 60 por ciento de las bicicletas, (solo en China transitan unas 250 millones de bicicletas); la mitad de los calzados y una tercera parte de las valijas o maletas que usan las personas en todas partes.
También China produce la mitad de los microondas que se utilizan hoy en el mundo, la tercera parte de los televisores y de los acondicionadores de aire, la cuarta parte de sus lavadoras y la quinta parte de sus refrigeradores. La China de hoy es el mercado más grande para los aviones comerciales Boeing.
La China de hoy es una potencia económica y política de grandes repercusiones tanto internas como externas, una potencia que comienza a dar miedo en el mundo occidental, particularmente en los Estados Unidos donde muchos empresarios, dirigentes políticos y analista han estado advirtiendo sobre los peligros que encierra la China de hoy. Y lo peor, lo que más los aterra, la China del futuro inmediato, la China del libre mercado, la China total, no solo con el dominio absoluto sobre Hong Kong que junto con Singapur poseen las mayores reservas de divisas extranjeras por más de 75 mil millones de dólares, sino con Taiwán, el principal productor del mundo de computadoras portátiles, entre otros productos de avanzada tecnología.
La China de hoy no es aquella China del año 1949, año en que triunfa la revolución socialista que encabezó Mao TseTung, que tenía un 80 por ciento de analfabetos de una población que para entonces rondaba los 500 millones de habitantes; la China de hoy es una China prácticamente sin analfabetos, con educación obligatoria que cubre el 99 por ciento en el ciclo básico, con miles de universidades a lo largo y ancho de su territorio que es de 9 millones 596 mil kilómetros cuadrados. Para que tengan una idea, sólo en Beijing, su capital, hay más de mil universidades donde se estudia inglés, gracias a lo cual hay más chinos que hablan inglés, en China, que los habitantes de Inglaterra y Estados Unidos juntos.
Beijing es una ciudad moderna, grande, limpia y segura, que nada tiene que envidarle a las grandes capitales del mundo. Al contrario, en mucho supera a las principales urbes norteamericanas y europeas. Sus edificios son tan o más altos que en Estados Unidos. El modernismo arquitectónico y el paisajismo que lo rodea todo hablan del concepto que los chinos tienen de su capital, por cuyas calles la gente camina sin temor al crimen. El recién terminado aeropuerto de Beijing, el más grande del mundo, es sencillamente algo impresionante. (El ingeniero Manuel Estrella, el de “Acero Estrella” debe ver aquella inmensa estructura de acero).
Tras 15 días en Beijing, volamos dos horas hacia la ciudad de Wahan, una provincia de 60 millones de personas. Nos hospedamos en un lujoso hotel de Hubei, que es la capital de la provincia. Visitamos una universidad que nos llamó mucho la atención. Al otro día salimos en bus para la ciudad de Yichang, ubicada a más de 300 kilómetros, para ver la mayor planta hidroeléctrica del mundo, conocida como “Las Tres Gargantas” que se construye en Shan Don Ping, a un costo superior a los 96 mil millones de dólares.
Antes de comenzar la construcción de la obra el gobierno desalojó un millón 300 mil personas.
Las Tres Gargantas está situada sobre el río Yangtse, el tercer río más grande del mundo que recorre 6 mil 300 kilómetros. La presa tiene unos 2 mil 309 metros de longitud y 185 metros de altura. La infraestructura es extraordinaria, pues tiene hasta ascensor para los barcos. Esta presa podrá generar 84.700 millones de kilovatios-hora de electricidad al año. No solo proporcionará energía, sino que evitará las inundaciones, permitirá una mejor convivencia del hombre con la naturaleza, hará mejor la navegación, servirá para la agricultura, el turismo, la descontaminación y protección ecológica.
Tras el triunfo de la revolución socialista en 1949, los dirigentes chinos se trazaron una meta: Lograr en 50 años lo que hicieron los países occidentales o capitalistas en cinco siglos. Convertirse en un país desarrollado. No lo han logrado, pero están cerca. Solo en Shangai se encuentra el 16 por ciento de todas las grúas del mundo. Hubei está siendo demolida casi por completo, pero al mismo tiempo se levanta una ciudad moderna de un altísimo nivel cultural y tecnológico.
La China de hoy no es la China de Mao, ni la China de la Revolución Cultural, n i la China de la Gran Muralla con sus 5 mil kilómetros que se pueden caminar en dos años, es otra China, menos ortodoxa, con sentido más práctico como el que se expresa en la tesis de “dos sistemas, un país” con lo que está resolviendo el problema con Hong Kong y con Tapian, su provincia “rebelde”.
En la China de hoy no prima la ideología, sino la practica, es decir, no importa si el gato es negro o blanco, lo que importa es que case ratones, como dijera el líder Deng Xiaoping.
Y mientras la China se convierte en un monstruo económico y político sin que nadie pueda detenerla, occidente tiembla, pues lo próximo que viene es un cuento chino…
Y mientras la China se convierte en un monstruo económico y político sin que nadie pueda detenerla, occidente tiembla, pues lo próximo que viene es un cuento chino…
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