En Paya la gente lamenta se vincule lugar al narco
Foto.- Rafael González asegura que los de Paya son hombres de trabajo.
Tomado de El Día
Por German Marte
Paya, Baní.- Los residentes en el callejón Los Pinos, al lado de donde vivían los extranjeros ejecutados presuntamente por un comando de civiles y militares en lo que se ha tipificado como un “tumbe” del narco, aseguran que no conocían a los siete colombianos que fueron ejecutados a principios de agosto pasado por un comando de civiles y militares vinculados al narco.
De acuerdo con los informes oficiales, hacía un mes que los suramericanos le habían comprado el inmueble a un ciudadano italiano. Muchos se enteraron a través de la prensa que eran vecinos de unos narcotraficantes “grandes liga”. Y eso todavía les sorprende y atemoriza.
Pero también aflora otro sentimiento humano: la tristeza.
A tres meses de lo que se ha bautizado como “la matanza de Paya”, esta laboriosa comunidad sigue sumida en el asombro.“Ahí no se hacía ruido, ni nada. Esa gente estaba ahí, pero ni un radio se escuchaba”, expresó Rosita Guerrero.
“No eran de Paya”
Cuando doña Dulce ve las comedias en la televisión y mencionan el nombre del lugar donde ha vivido todo el tiempo, se siente indignada.“Hasta los comediantes están diciendo que por Paya no se puede pasar, que Paya esto, que Paya lo otro. Pero esa gente no son de Paya ninguno”, indicó.
Tras manifestar que en su comunidad nunca se había producido un hecho de esta naturaleza, la señora repite como una letanía “Paya no tiene que ver con eso, Paya no tiene que ver con eso, ahí no había un payero. Dios nos libre”.
No hay trabajo
Cuando los medios hablan de un cargamento de drogas millonario y una indeterminada cantidad de dólares que supuestamente fueron robados por una banda de civiles y militares a los colombianos que vivían en su comunidad, los hombres y mujeres de Paya reaccionan con una mezcla de asombro y miedo.
Algunos prefieren referirse a la falta de trabajo en la zona y al auge de la delincuencia. Después de la tragedia el único cambio que han visto es el aumento del patrullaje policial. Ahora, se quejan, los policías apresan a los hombres sin ningún motivo, sólo porque los encuentren en una esquina.“Pero antes, con los colombianos esos no hicieron nada, dizque no sabían”, expresó “José”.
Unos agentes recogiendo uvas de playa en al frente de la casa y un perro cariacontecido son las únicas señales de vida que hay en la que fuera la residencia de los colombianos que fueron ejecutados en Ojo de Agua.La doméstica que siempre ha trabajado en el lugar permanecía dentro de la casa, pero no se deja ver de los reporteros. El alto de la grama indica que por allí no ha pasado un machete en mucho tiempo.
Los dulces de Paya
Antes, quienes no son de Baní sólo hablaban de Paya para referirse a los sabrosos dulces que allí se producen. Hoy el nombre del lugar evoca la muerte, y eso deja un sabor desagradable en la gente de la comunidad.
Los payeros quisieran que la gente olvideara pronto el tema de la matanza de los colombianos y recuerde el lugar como lo que siempre ha sido, un lugar donde se produce el mejor dulce del país. Pero eso -al parecer- tardará algún tiempo.
Ejecutores
Según las autoridades policiales y militares, los ejecutores de la masacre del cuatro de agosto fueron los ex capitanes de fragata Ricardo Rafael Guzmán, Miguel Peña Figuereo; los ex alférez de navío Jesús Sánchez Piña y Jorge Jairo Rodríguez Pérez; el ex teniente Jorge Luis Chalas; el ex capitán de fragata Benny Jairo Rodríguez; el ex capitán de corbeta Robert Augusto Peña Valdez, y el ex sargento Antonio Manuel Quezada.
En el caso también están implicados los civiles Luis Lara Martínez, Noé Sterling Villalón, Andrés Berroa, Frederick Medina Abud, entre otros.
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