"No son tiempos duros para los románticos"
México, EFE.- Los cantautores españoles Ana Belén y Víctor Manuel no aceptan que sean tiempos duros para los románticos y sólo reconocen que el amor se asume hoy diferente a como lo hizo la generación del "Yesterday" de Paul Mc Cartney.
"El amor no está en crisis; a diferencia de nuestros padres que iban a un parque agarrados de la mano o cuando más a un cine. En estos tiempos la gente tiene opciones, imagina situaciones maravillosas y quiere todo y ahora", dijo Víctor Manuel en una entrevista con Efe.
La pareja está en México como parte de una gira con nombre sugerente, "Tal para cual", con la que parecen pregonar que les dura el amor y la alegría después de más de 35 años de matrimonio.
"Yo creo que no hay fórmulas para mantener el amor, pero mucha gente convive durante años, aunque en el mundo de los artistas se divulga más a quienes se tiran los platos a la cabeza", dice el poeta asturiano.
Ana Belén, con pantalones vaqueros ajustados y una chaqueta de color oscuro, se presenta con el pelo suelo y poca pintura en el rostro.
Sonríe sobria y hace un gesto quizás melancólico al referirse a la generación del 53, que creció con el "Yesterday" y a la que una vez le dedicó una canción.
"Entonces no imaginábamos la realidad de ahora, menos desde los límites de nuestro país, en una infancia en una sociedad pequeña y gris; no podíamos imaginar el salto que dimos", dice.
Apoya la modernidad y de los avances de la tecnología, pero reconoce sentir vértigo por algunas realidades que no entiende.
"Me parece excesivo que los niños pequeños vayan al colegio con teléfonos celulares; es difícil eso de la educación de los hijos", reconoce.
La gira empezó en España y después de México seguirá en Chile, Colombia y Costa Rica. El próximo sábado tendrá una de sus principales paradas en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, donde David San José, hijo de la pareja, estará en los teclados.
Ella acepta la idea con orgullo, pero habla poco del músico y prefiere generalizar sobre la educación de los hijos.
"Es difícil, sobretodo cuando eres joven. Nosotros hemos ido aprendiendo en la medida en que hemos crecido con nuestros hijos y hemos ido modificando cosas cuando ellos nos han hecho modificarlas. Al final entiendes que los hijos te enseñan más de lo que podemos enseñarles nosotros", dice.
Durante alrededor de cuatro décadas han cautivado con los giros poéticos de sus textos.
En la entrevista sonríen al saber que hace unos días en México Joan Manuel Serrat se refirió a quienes son felices a pesar de nunca haber leído poesía y suman ideas a la de su amigo catalán.
"Tiene razón; hay gente feliz que no se ha leído un poema en su vida, pero si tuvieran la posibilidad de hacerlo, serían el doble de dichosos", dice ella, quien ha puesto música a numerosos poemas, grabó un disco dedicado a Federico García Lorca y canta una canción llamada "De qué callada manera", de un poema de Nicolás Guillén.
Víctor Manuel justifica a los ajenos a la poesía y dice que ven ese mundo como algo exótico, de seres extraños capaces de escribir cosas raras. "Yo les recomendaría abrir la obra de Jaime Sabines en cualquier página o a Jose Emilio Pacheco y entonces iban a ver que hablan de ellos mismos, y lo van a entender", señala.
Una de las canciones más conmovedoras de Víctor Manuel habla de un joven cobarde que va a la cárcel por negarse a ir a la guerra y por no querer matar. Al hablar de las guerras absurdas, se refiere a su letra y reconoce que la realidad de hoy es más complicada.
"Hay mucha gente que se cruza de brazos y deserta, pero otros van y por un sueldo están dispuestos a morir o a matar en las guerras que ahora son distintas, por ordenadores", dice.
Ana Belén se refiere al personaje de la conocida canción y afirma que si el calificativo va entre comillas, apuesta por el joven cobarde.
"Si eso significa pacifismo, sí", dice mientras el marido apoya la idea con una mirada que usan para comunicarse desde una época que parece olvidada en el tiempo, en la que los hombres mandaban cartas de amor y ellas guardaban sus flores en las páginas de algún libro querido. EFE
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