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Las Siete Palabras de este Viernes Santo dirigida contra el aborto

Sacerdotes y un diácono de diferentes parroquias hablaron en el tradicional Sermón

Las reflexiones esta vez fueron a cargo del Padre Manuel Ruiz, Padre, perdónalos, que no saben lo que hacen; Padre Ramón Domínguez, Yo te aseguro que estará conmigo en el paraíso; Diácono Juan Luis De La Cruz, Mujer, ahí está tu hijo, hijo, ahí está tu madre; Padre Alejandro Cabrera, Dios Mío, por qué me has abandonado?; Padre Darío Bencosme, Tengo Sed; Fray Demetrio De La Cruz Jiménez, Todo está consumado y el Fray Gabriel Robles, Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

En la primera reflexión el padre Ramón Ruiz, de la parroquia Santa Cecilia, pidió al Señor perdonar a los legisladores que promueven la variación del artículo 30 en la propuesta de la reforma constitucional, en la que se establece el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte.


También pidió perdonar a las feministas que han hecho creer que donde el aborto es legal las muertes maternas son menores que donde está penalizado.

Ruíz solicitó el perdón para el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, porque a pesar de la crisis económica por la que atraviesa esa nación libera millones de dólares para financiar la interrupción del embarazo en los países pobres, y para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por sumarse a "esa penosa causa".

En el ambito local, Ruíz dijo sentir una terrible decepcion, porque con gente tan valiosa como la diputada Minou Tavárez Mirabal, Magda Rodríguez y Tito Terrero Encarnación se hayan convertido en los principales promotores del aborto en el Congreso Nacional.

"Perdónalo, Padre, porque se les ha olvidado que fueron elegidos para legislar a favor de los valores de la patria", rogó.

La Segunda Palabra estuvo a cargo del sacerdote Ramón Rodríguez Domínguez, director del Instituto Politécnico de la Familia, quien aseguró que "el camino que llega a la perdición es un camino de muerte y lo transitan los que viven en medio de la muerte..."

En la reflexión, que tradicionalmente realiza la Iglesia católica sobre la realidad religiosa y social e inspirada en las últimas Siete Palabras de Jesús en la cruz, también participó el sacerdote Luis de la Cruz, quien tuvo a su cargo la Tercera Palabra. De la Cruz llamó a las jóvenes madres a no practicarse el aborto, ya que el embarazo es don de Dios.

Citó a la virgen María, de quien dijo fue dada en la cruz como madre al discípulo, lo que manifiesta el amor de Dios por nosotros. " Por eso odiamos el aborto".

Alejandro Cabreja, de la parroquia Santa Ana de Gualey, pronunció la Cuarta Palabra elevando una plegaria por los jóvenes, los niños por nacer y los que han sido eliminados por el hambre, los terroristas y los humillados, asi por quienes "pretenden disculpar el crimen". "Te pedimos, Padre, por aquellos que están a punto de perder la fe. Muchos se vuelven contra Ti porque sufren. Acompaña en esta hora a los que sufren, especialmente a los que se sienten abandonados, los que se sienten hundidos en su depresión, ayuda a los que sienten ideas de suicidio, los que creen que ya la vida no sirve para nada".

En tanto que la quinta reflexión la pronunció el padre Darío Bencosme, de la Parroquia Inmaculada Concepción del Invi.

Este joven sacerdote también criticó el aborto y la insistencia con que grupos en el mundo y en nuestra sociedad luchan para que se legalice esa práctica que, dijo, "es inaceptable ante los ojos de Dios". "No hay circunstancia, no hay enfermedad, no hay situación de peligro que justifique tan horrendo crimen".

"Jesús -continuó- tiene sed de padres y madres responsables para que no confíen la educación de sus hijos a hombres y mujeres sin principios".

Darío Bencosme, también reiteró sus críticas contra la injusticia social, el narcotráfico, el enriquecimiento ilícito, la falta de educación y otros males que afectan a la población. “Cristo tiene sed de que se ponga fin al enriquecimiento ilícito, que se castigue a los que se creen dueños del mundo y de que cesen los maltratos contra los inocentes”, dijo el religioso.

La Sexta Palabra estuvo a cargo del padre Demetrio de la Cruz, quien pidió al Padre iluminar los caminos de este mundo que están abarrotados de tumultos violencia, mentiras, escándalos, estructuras injustas y sistemas políticos que se prestan para organizar y promulgar leyes a la medida de los gobernantes de turno.

Dijo que al igual al Santo Padre y los conceptos emitidos por la Conferencia del Episcopado Dominicano ora para que el Señor ilumine a la Asamblea Nacional a fin de que se mantenga invariable el artículo 30.

La Séptima y última Palabra estuvo a cargo de Fray Gabriel Robles, párroco de Nuestra Señora de Consolación, quien encomendó en las manos del Espíritu Santo " a los inocentes que mueren antes de nacer del vientre de sus madres, a los que mueren una vez nacidos porque han venido al mundo en que solo aprenden cosas malas y por tanto simplemente siguen haciéndolas, llamese robar, asesinar, consumir y distribuir drogas, especular con los recursos de los pobres y, en definitiva, querer vivir de los demás".

A juicio de Robles, la muerte de los desgraciados parece que no tiene relevancia y no importa, "pues para una avanzada socieda moderna y tecnocrática solo los que triunfan valen y cuentan".

El Sermón de las Siete Palabras se llevó a cabo en la Catedral Primada de América, de una a tres de la tarde.

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