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Una noche de cuentos para bebés




En la Sala de la Imaginación, de la Biblioteca Infantil y Juvenil República Dominicana (BIJRD). Bellas canciones, divertidos juegos y mucho afecto estuvieron presentes durante toda una estimulante jornada para los bebes presentes.

Acompañados de papá y mamá y vestidos en pijamas los bebés disfrutaron de la magia de la música y de hermosas narraciones orales que encandilaron sus mentes y corazones.

Sentados en círculo y abrazados a vistosos peluches, los bebés de 0 a tres años entraron en contacto con el fascinante mundo de los sonidos y los movimientos, a través de un juego que les permitió imitar el paso de un caballo y el sonido de un tren.

“En un caballito gris Alicia se fue a París...”, era la frase que repetía Rita de los Santos, especialista en Educación Temprana que sirvió de guía durante toda la noche de cuentos y canciones, para que los bebés y los padres imitaran con las manos el trayecto de un caballo que iba, “al paso, al paso, al paso”, “al trote, al trote, al trote” y “¡al galope, al galope, al galope!”.

Tambores y sueños
Con el cuento “Kalet y los tambores” los bebés apreciaron el sonido de instrumentos musicales de varios países del mundo a través de la divertida y emocionante historia de Kalet, un niño que ama la fiesta de los ritmos. Los dum dum de Nigeria, el sonido de trueno de un instrumento de Jamaica, las congas de Cuba y los tambores de metal de Trinidad abrieron los oídos de los bebés a los latidos musicales del mundo.

A ritmo de la música, los bebés y los padres se divirtieron con un juego que les permitió entrar en contacto con el movimiento de las manos. Colocados de frente a frente, chocaban las manos mientras sonaba una canción, cuando ésta se paraba ocultaban las manos. El juego de los sonidos y el silencio unió en complicidad a los bebés y sus padres.

A dormir todos
Se apagaron las luces y los bebés simularon dormirse en el regazo de sus madres y padres que le hicieron mimos, caricias y le daban suaves masajes. En silencio, la cómplice de esta aventura mágica, Rita de los Santos, pasó por el frente de cada niño con instrumentos que emitían agradables sonidos como relajantes cascadas de ríos y la música de lluvia al caer.

Con la presencia de un títere, un ratón muy simpático que les pidió a los bebés despedirse con sus manitas, terminó una noche inolvidable, llena de agradables sonidos y emociones que permanecerán en la memoria de decenas de bebés y sus padres.

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