Queridas amigas:
Hace unos días se cumplieron seis meses de haber ido con unas amigas
muy queridas a la iglesia de San Antonio de Padua como en peregrinación.
Fuimos Teresa, Ameriquin, Sandra y yo, a pedir por mi salud y seis meses después, en la misma iglesia, en el presente mes de marzo, decidí dar Gracias a Dios por habernos concedido lo que le pedimos.
Dar gracias es un acto de justicia que Dios premia y cuando es por algo que ha sido puesto en sus manos en base al amor de los orantes, tiene un valor aun mayor.
Hoy, preparando las conmemoraciones del día internacional de la mujer valoro en forma muy especial la fortaleza de ustedes, quienes constituyen el circulo de amor que rodea a cada uno de nosotros. Son como un salvavidas, que debemos agradecer constante y grandemente.
Primero a Dios que lo ha dispuesto y concedido y luego a quienes nos dedican parte de sus vidas a través de algo casi inexistente para muchos, que se llama hermandad o sencillamente amistad, vinculo que hace honor al desinterés, a la sinceridad y a la lealtad.
Somos las mujeres las llamadas a ser el eje del ámbito en que nos ha tocado existir; las que plantamos normas y quehaceres. Las que educamos y nos dejamos educar. Siempre con la mirada puesta en el otro, en hacer el bien y dejar huellas positivas en la humanidad a través de quienes nos rodean.
Aprovecho esta fecha de alcance internacional, para compartir estas reflexiones inspiradas en una acción de fe y en una Acción de Gracias.
Extiendo esta acción de gracias a ustedes, mis amigas, a quienes les agradezco estar en mi vida, y quienes son reflejo con creces, del amor de Dios en mi existir.
De ustedes, siempre,
Zaidy Zouain
8 de Marzo del 2015
Santo Domingo, RD

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