BBC.- "La Corte Suprema declara organización extremista el Centro de Dirección de los Testigos de Jehová en Rusia y dispone que se prohíba su labor en el territorio del país".
Eso es lo que falló Yuri Ivanenko, juez del máximo tribunal ruso.
Con ello, tomó como válida una demanda presentada el 30 de marzo por el Ministerio de Justicia, en la que señalaba al movimiento religioso de base cristiana de constituir "una amenaza para los derechos de los ciudadanos, el orden social y la seguridad pública".
El Ministerio ya había suspendido el trabajo del Centro por considerarlo "extremista", hasta que el alto tribunal dictase la sentencia definitiva.
Y ahora, según lo leído por el juez Ivanenko, el fallo obliga a los Testigos de Jehová a "entregar sus propiedades a la Federación Rusa", tal como lo había solicitado el Ministerio.
Los voceros del movimiento en Rusia negaron todas las acusaciones en su contra y se mostraron "conmocionados".
Y sus abogados informaron que apelarán el fallo ante la Corte Europea de Derechos Humanos, la única opción que les queda agotada ahora la vía legal del país.
"No pensaba que pudiera suceder algo así en la Rusia moderna, donde la Constitución garantiza nuestra libertad religiosa", declaró un portavoz de los Testigos de Jehová, Yaroslav Sivulsky, a la agencia de noticias AFP.
Los Testigos de Jehová son una organización religiosa internacional que comparte preceptos de otras corrientes no ortodoxas del cristianismo, pero que basa sus creencias en una versión propia de la Biblia.
Así, entre otras cuestiones, no creen en la divinidad de Cristo, lo que provoca el rechazo de otras confesiones cristianas, y sus miembros no pueden someterse a transfusiones de sangre.
Su entidad jurídica, la Watch Tower Bible and Track Society de Pennsylvania, fue fundada en 1881 por Charles Taze Russell. Y según sus publicaciones oficiales, el movimiento es ahora dirigido por un Cuerpo Gobernante con sede en Nueva York, también en Estados Unidos.
Este Cuerpo Gobernante es el que se encarga de establecer la doctrina oficial de la congregación, a la que según sus propios datos pertenecen más de 8 millones de personas en todo el mundo.
La fe también está extendida en América Latina, y a sus miembros se les conoce por su actividad evangelizadora, que llevan a cabo a través de publicaciones y casa por casa.
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