Daniel Bodden, padre de los tres niños que fueron asesinados junto a su madre y encontrados en estado de descomposición, lamenta que sus hijos no estuvieran a su cuidado y evitar que murieran de manera violenta.
“Mis hijos sufrieron”, dijo al saber sobre la manera en que Víctor Alexander Portorreal le quitó la vida, el pasado domingo 4 de este mes, a Daniela de 12 años, Rahamin de nueve y Ángela de seis, así como a la madre de estos, Reyna Isabel Encarnacion Morales, de 32.
Contó que tuvo una relación de diez años con Encarnación Morales, quien los abandonó hace tres años dejándole a los niños.
“Se fue de la casa, me dejó los niños y un fiscal me los quitó a pesar de que los psicólogos le dijeron a él que es con su papa que ellos quieren vivir”, manifestó con dolor el padre.
Indicó que los niños fueron llevados a vivir con su abuela, la madre de Encarnación Morales, porque esta no podía tenerlos y que por eso en varias ocasiones le pidió que se los entregara para él cuidarlos.
"Tuvieron un tiempo con la abuela, porque ella no podía tenerlo, le dije dámelo porque tú lo que quieres es coger calle, coge tu calle y dame a mis hijos”, contó
Dijo que tiempo después la joven de 32 años se mudó con los dos niños más grandes y la pequeña se mudó con una prima de él, quien la inscribió en la escuela y la llevó de vacaciones a Boston, Massachussets en Estados Unidos en diciembre de 2017.
El padre de los infantes, que trabaja como porterio en una escuela de Villas Agrícolas, se limitó a decir “la justicia no sirve, esta maleada”.
Bodden, pidió que lo dejen en “libertad”
“Por mí lo pueden soltar. Seremos más felices si lo sueltan. Porque el libre puede reflexionar”, digo Bodden de manera irónica y con voz de impotencia sobre Víctor Alexander Portorreal. Desmintió los alegatos de Portorreal de que cometió el horrendo crimen en su residencia del kilómetro 8 de la carretera Sánchez, porque tenían problemas económicos, por lo que dijo que “eso es mentira. Él es un gusano”.
“Por mí lo pueden soltar. Seremos más felices si lo sueltan. Porque el libre puede reflexionar”, digo Bodden de manera irónica y con voz de impotencia sobre Víctor Alexander Portorreal. Desmintió los alegatos de Portorreal de que cometió el horrendo crimen en su residencia del kilómetro 8 de la carretera Sánchez, porque tenían problemas económicos, por lo que dijo que “eso es mentira. Él es un gusano”.
Indicó que el victimario nunca presentó señales de ser una persona violenta, que aunque era muy callado, “era cien por cien con los niños”.
Reveló que conversó con el presunto matador el pasado miércoles, tres días después del crimen y un día antes de que fueran hallados los cadáveres, y este le comentó que todo estaba bien en la casa donde vivían.
“El miércoles la estuve llamando y nada, nada y nada. Me comuniqué con él muy normal y él me dijo que todo estaba bien, que no había ningún problema y que los niños estaban en la casa y que él estaba donde un cliente… yo le dije, bueno yo voy para allá y él me dijo no…y lo que pasa es que ya él la había matado.
Indicó que, sin embargo, siempre la aconsejaba a para que se separara de este porque les parecía una persona extraña por su forma de vestir y actuar.
La noche del sábado fue la última vez que tuvieron contacto con la occisa, cuando esta fue a buscar a los niños, que se encontraban en la casa de Brígida desde el viernes y no volvieron a saber de ellos hasta el día del macabro hallazgo.
Los cadáveres de Reyna Isabel Encarnación y sus tres hijos, fueron sepultados en el cementerio de la Máximo Gómez sin poder ser velados por sus familiares, debido al estado de descomposición en que en fueron hallados.
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