La pandemia ha supuesto un incremento en el nivel de estrés general, lo que supone un peor rendimiento a la hora de ponernos al volante. Como explica David Herrero, doctor en Psicología, experto en Psicología del Tráfico y Seguridad Vial y profesor e investigador en la Universidad Europea del Atlántico, esto se traduce en una conducción de mayor riesgo, ya que se presta menos atención a conducir, hay más tendencia a las distracciones, la fatiga y el sueño al volante y se da una mayor facilidad para responder con hostilidad ante cualquier imprevisto o provocación, por ejemplo. Y todo ello, a su vez, repercute en una mayor probabilidad de sufrir un accidente y, en el mejor de los casos, a que la conducción suponga una situación altamente estresante.
Pero, además, en la carretera se nota también la irritabilidad producida por la fatiga pandémica. ¿Cómo? “La fatiga pandémica ha provocado una reducción en los umbrales de tolerancia al estrés. La conducción es uno de los ámbitos en los que más fácilmente se aprecia esto, teniendo en cuenta el anonimato de quien conduce. Por un lado, no ve físicamente a su ‘víctima’ (de insultos, amenazas, pitidos, etc.). Por otro lado, sabe que la víctima tampoco le ve a él. Esto contribuye a amplificar toda respuesta de violencia”, comenta Herrero.
Además de seguir hábitos saludables, el experto en Psicología del Tráfico y Seguridad Vial aporta varios consejos para conducir menos estresados y sin agresividad, que se resume en uno: evitar la automatización.
Tratar de iniciar cualquier viaje con suficiente tiempo, para así evitar la presión del tiempo para llegar.
Una vez dentro del vehículo, debemos hacernos conscientes de dónde estamos y de qué vamos a hacer. Para ello, hay que pararse un minuto para fijarnos en cómo nos sentimos y en cómo sentimos nuestro cuerpo. ¿Estamos acelerados? ¿Estamos enfadados?
Ya en el trayecto, sin distraernos de la conducción, debemos intentar fijarnos en detalles que no habíamos visto previamente. ¿Cómo es el tránsito? ¿Cómo es el paisaje por donde estoy circulando? ¿Cómo creo que se pueden sentir los otros conductores? “Deshacer la automatización del comportamiento es el primer paso para autorregularnos”, concluye el psicólogo.
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