Santo Domingo.- Bajo el criterio de que los “muertos no hablan”, Alberto Ezequiel y Jorge Luis Estrella Arias pretendieron culpar a su hermano Richard, ya muerto, del asalto a la sucursal del Banco Popular, ocurrido el 3 de junio en la avenida Olof Palme esquina Luperón, de la capital.
Alberto Ezequiel, sindicado en el expediente como la persona que rentó el vehículo en el que se transportaron los asaltantes, fue el segundo en intentar aprovechar la muerte de su hermano Richard, para descargar en él toda la responsabilidad.
El primero en utilizar esa fallida estrategia fue Jorge Luis, quien tras entregarse a una patrulla de la Policía, dijo que su hermano Richard, muerto en un alegado intercambio de disparos, era quien tenía el dinero del robo al banco.
En la medida de coerción sometida por la Fiscalía del Distrito Nacional, se destaca que Alberto Ezequiel intentó hacer lo mismo, en el entendido de que “los muertos no hablan”.
Relata el documento de medida de coerción, que Alberto Ezequiel hizo creer de manera falsa al propietario de la “rent a car” que era para un “cliente” que estaba rentando el vehículo que posteriormente fue utilizado en el hecho.
Indica que tras haber acordado con el dueño de la “rent a car” el alquiler de dicho vehículo, Alberto Ezequiel se marchó del lugar sin firmar el contrato, con el compromiso de que haría el pago mediante una transferencia bancaria.
Señala la solicitud de medida de coerción, que como forma de comprobante, Alberto Ezequiel le envió al propietario de la “rent a car” una fotografía de la pantalla del cajero con la transacción y otra del “boucher”, como manera de comprobante por concepto de 10 mil pesos de alquiler.
Precisa que tras el pago, Alberto Ezequiel exigió que le enviaran el vehículo al kilómetro 10 y medio de la autopista Duarte, en donde finalmente lo recibió de manos de un tercero.
Subraya el expediente, que al recibirlo se negó a firmar el contrato de alquiler, alegando que andaba rápido y que lo haría después.
La mencionada medida de coerción señala que tras el asalto, el dealer se enteró a través de un amigo que a quien había alquilado su vehículo era a un hermano de Richard, fallecido durante un intercambio de disparos con la Policía.
Indica que fue entonces cuando el propietario del vehículo intentó comunicarse, sin resultado alguno, con Alberto Ezequiel y que un día después fue cuando al final logró conseguirlo y que éste le respondió que estaba preso y que lo habían despachado para que volviera, que no tenía nada que ver con eso, por lo que le pidió que le entregara el citado contrato de alquiler para ponerlo a nombre de su hermano muerto, “porque los muertos no hablan”.
La Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional tiene pautado para el martes el conocimiento de la medida de coerción solicitada por el Ministerio Público contra los tres implicados.
El tribunal dispuso la fusión del expediente, para que la medida de coerción sea conocida de manera conjunta con la de su hermano y su primo.
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