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Delitos del rapero Sean Combs, conocido como Puff Diddy, rapero de las fiestas salvajes

El ingreso en prisión preventiva del rapero Sean Combs, conocido como Puff Daddy o Diddy, acusado de tráfico sexual, crimen organizado y trata de personas, ha destapado un nuevo caso de abusos en el mundo del entretenimiento en EEUU. 

El magnate del hip-hop, que asegura ser inocente, podría enfrentarse a cadena perpetua si es declarado culpable de dichos cargos. 

Mientras tanto, permanecerá en la cárcel a la que entró hasta que se celebre su juicio, aún sin fecha, después de que dos jueces distintos hayan rechazado la petición de su abogado de otorgarle la libertad bajo fianza.

A medida que se conocen más detalles sobre las acusaciones, que abarcan un periodo de más de diez años, las investigaciones de las autoridades sugieren un patrón de abuso sistemático y manipulación por parte del rapero en la industria musical. En concreto, el texto de la Fiscalía detalla una serie de actos de abuso, coerción y explotación de mujeres que se habrían dado desde, al menos, 2008 hasta la actualidad.

"Como se alega en el escrito de acusación, durante años, Sean Combs utilizó el imperio empresarial que controlaba para abusar sexualmente y explotar a mujeres, así como para cometer otros actos de violencia y obstrucción a la justicia", señala Damian Williams, fiscal para el Distrito Sur de Nueva York, que ha animado a posibles víctimas a denunciar. "Esta investigación está lejos de haber terminado", asegura. 

La imputación de los delitos al músico, de 54 años, se produce tras haber recibido durante el último año más de una decena de demandas de abuso sexual y violación por parte de diversas mujeres -la última esta semana-, unas acusaciones que Combs ha negado. 

Desde 2008 hasta el presente, el cantante habría dirigido una organización criminal, junto con otros miembros y asociados, a través de la cual cometió delitos como tráfico sexual, trabajos forzados, secuestro, incendio provocado, soborno y obstrucción a la justicia, según recoge la acusación. "Entre otras cosas, Combs abusaba sexualmente de las mujeres obligándolas a mantener relaciones sexuales frecuentes durante días enteros con personas del sexo masculino", añade el fiscal. 

Así, algunas fiestas que organizaba, como las conocidas Freak Offs (Salvajes o sin frenos), eran de carácter sexual y el imputado las grababa en vídeo. Para asegurarse la participación en estos encuentros, Diddy utilizaba la violencia y la intimidación y se valía de su poder sobre las víctimas. "Poder que obtuvo distribuyéndoles narcóticos, explotando el apoyo financiero que les brindaba y amenazando con cortarlo, y controlando sus carreras", detalla Williams.

Pero, además, los esfuerzos por controlar a las mujeres incluían repetidos abusos físicos. "Agredió a las mujeres golpeándolas, dándoles puñetazos, arrastrándolas, arrojándoles objetos y dándoles patadas, agrediendo también a los testigos de sus abusos", manifiesta el texto. Estos ataques provocaban lesiones a las víctimas, que tardaban días o semanas en curarse.

Para cometer estos delitos, el acusado se habría apoyado en su poder como líder de un imperio empresarial. Los empleados de sus empresas -incluidos supervisores de alto rango, personal de seguridad, asistentes personales y personal doméstico- actuaban como intermediarios para organizar viajes y habitaciones de hotel, contactar o localizar a mujeres y otras personas para abusar de ellas. "Esta ocultación delictiva incluía esfuerzos para impedir que las fuerzas del orden tuvieran conocimiento de sus abusos", apunta el fiscal.

Además, en marzo, la policía encontró en las residencias de Diddy de Los Ángeles y Miami varias armas de fuego y munición, incluidas tres AR-15 con números de serie borrados. También hallaron vídeos, y más de mil botellas de aceite y lubricante para bebés que, según las autoridades, se habría usado en los encuentros sexuales forzados.

Las "fiestas salvajes"

Diddy fue conocido a principios de los 2000 por ser el anfitrión de fiestas exclusivas repletas de famosos. A lo largo de los años reunió una lista de invitados digna de los mayores eventos del mundo con personalidades de diferentes ámbitos. La ya mencionada Freak Off Party junto a la White Party (fiesta de blanco) fueron sus eventos más conocidos, aunque también organizó otros encuentros como afterparties de galas de premios o su famoso cumpleaños número 50, celebrado en 2019.

Las White Parties se solían celebrar en los Hamptons y eran eventos de alto perfil, menos polémicos y más elegantes, con una temática simple: los invitados debían vestir de blanco. En fotografías tomadas en algunas de estas fiestas se puede observar que entre los asistentes estaban celebridades como Paris Hilton, Kim Kardashian y Kelly Osbourne; el rapero Jay-Z, el actor Brandon Davis, el empresario Russell Simmons, el ejecutivo discográfico Andre Harrell, el productor musical Scott Storch o el entonces presidente ejecutivo de Estee Lauder, John Demsey, entre otros.

Paris Hilton, Kim Kardashian, Sean "Diddy" Combs y Scott Storch, en una de las 'White Partys' del rapero, el 1 de agosto de 2006.Paris Hilton, Kim Kardashian, Sean "Diddy" Combs y Scott Storch, en una de las 'White Partys' del rapero, el 1 de agosto de 2006.Getty

Por otro lado, las Freak Off Parties eran más controvertidas. Estas fiestas incluían actividades sexuales organizadas y consumo de drogas, según se desprende de las investigaciones federales, y se llevaban a cabo en varios lugares, como hoteles y mansiones. Sería en estos encuentros donde Diddy habría cometido varios delitos de los que se le acusan, como abusos sexuales, grabar sin consentimiento o chantaje. Al ser de carácter privado no se sabe con exactitud qué famosos acudían, pero varios medios estadounidenses nombran a Pharrell Williams, Kanye West,  Usher, Leonardo DiCaprio, Ashton Kutcher, Britney Spears, Justin Bieber, 50 Cent o Mariah Carey, entre otros.

El caso ha vuelto a dar un giro esta semana, cuando llegaron dos nuevas acusaciones de violación. 

La primera la presentó el lunes Thalía Graves, que denunció a Puff Diddy y a su guardaespaldas por violarla en 2001 y grabarla sin su consentimiento. La mujer alega que Combs y su escolta Joseph Sherman abusaron de ella de manera violenta, filmaron la agresión, mostraron el vídeo a otras personas e incluso lo pusieron a la venta como pornografía.

Graves, que conoció a Combs cuando tenía 25 años a través de su pareja -que trabajaba en el sello discográfico del rapero- cuenta que en el verano de 2001 el músico y Sherman le ofrecieron una copa de vino probablemente adulterada que le hizo perder el conocimiento. Después recuerda despertarse desnuda y con las manos atadas a la espalda en un estudio de Manhattan, donde ambos acusados la violaron. Además, añade que el rapero le golpeó la cabeza contra una mesa de billar cuando ella intentó resistirse.

La última denuncia fue puesta este viernes por una mujer que asegura que Diddy abusó de ella por cuatro años y la dejó embarazada. La víctima, cuyo nombre no se ha revelado, presentó una demanda contra el artista en la que alega que el abuso sexual de Combs comenzó en el 2020 y se extendió durante cuatro años hasta el presente, lo que le causó ansiedad, depresión y miedo por su seguridad. La demanda busca compensación por daños y lesiones "como resultado directo y próximo de la conducta ilegal" del artista, de acuerdo con la revista People.

Estos casos se suman a la decena de denuncias por agresión sexual que ha recibido el músico. La primera la interpuso su expareja en noviembre de 2023, aunque la retiró un día después por un acuerdo extrajudicial. No obstante, a partir de entonces comenzaron a conocerse numerosas demandas. A finales del mismo año, dos víctimas hablaron: Joi Dickerson-Neal lo acusó de violarla y grabarlo en 1991 cuando ella tenía 19 años y Liza Gardner lo denunció por agresiones sexuales ocurridas en 1990 a ella y una amiga.

Poco después, una mujer anónima alegó que fue víctima de tráfico sexual y violación cuando era menor de edad, ya que fue trasladada en avión al estudio de Combs, donde ocurrió la agresión. Los demás casos se han dado a conocer ya en 2024: Crystal McKinney, una modelo, habría sido obligada por el rapero a practicar sexo oral después de drogarla en 2003.  April Lampros también aseguró haber sido agredida cuando estudiaba en Nueva York, con promesas falsas de un futuro mejor.

A principios de verano, Adria English contó que trabajó en una fiesta de Combs en 2004 y le acusó de tráfico sexual, de obligarla a consumir drogas y de intercambiarla con sus amigos. Derrick Lee Cardello-Smith, un hombre de 51 años, también denunció haber sido abusado en una fiesta en 1997, siendo el único caso con sentencia: resultó en una multa de 100 millones de dólares.

La última denuncia hasta la de Graves y la mujer anónima había sido la de Dawn Richard, una vocalista de un grupo musical llamado Danity Kane que Diddy había creado en un programa de televisión. La mujer le denunció por abuso sexual y amenazas, asegurando que la manipuló durante muchos años para que le hiciera caso en todo lo que decía.

Bajo vigilancia por posible suicidio

Combs se encuentra bajo custodia federal en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, donde está siendo vigilado por posible suicidio. 

Según la cadena NBC News, que cita a una fuente familiarizada con el caso, los guardias de la prisión están monitorizando al músico "de cerca", un procedimiento común que se lleva a cabo con "figuras de alto perfil". "Combs se mantiene fuerte y centrado en su defensa", aclara la fuente contactada por el medio.

El centro, que cuenta con más de 1.300 presos, es conocido por sus severas condiciones y por la violencia en sus instalaciones. Por ello, en una carta presentada en el tribunal, el abogado de Diddy pedía la libertad bajo fianza alegando, entre otras cosas, que "las condiciones del centro no son adecuadas para la detención preventiva". "Numerosos tribunales de este distrito han expresado su preocupación por las horribles condiciones de este centro", añadía.

Curiosamente, el rapero comparte unidad con otro detenido que permanece recluido en la misma prisión: el cofundador de FTX, Sam Bankman-Fried. Combs comparte una habitación con otros presos en un área reservada para aquellos que requieren de protección especial, según varios medios estadounidenses. La zona en la que se encuentran Diddy y Bankman alberga entre 18 y 20 reclusos que van desde acusados de alto perfil hasta personas que cooperan con las autoridades y que necesitan de una mayor seguridad, según NBC.

"Un peligro para la sociedad"

La Fiscalía pide que Combs permanezca en la cárcel hasta la celebración del juicio, mientras que los abogados del rapero proponen que las medidas se limiten al arresto domiciliario bajo vigilancia y el pago de una fianza de 50 millones de dólares. La defensa también propuso limitar los viajes de Diddy a Florida y Nueva York, donde acudiría para "ir al tribunal, reunirse con su abogado y ver a su médico".

En una carta, la fiscalía calificó la propuesta de los abogados de "insuficiente" al considerar que Combs supone un "peligro para la sociedad" y, además, existe un "alto riesgo" de que huya de la justicia. La fiscal adjunta Emily Johnson argumentó que el músico debe permanecer detenido porque es un "abusador en serie" e hizo referencia a su presunta posesión de armas y a que al menos una decena de testigos ha visto cómo era violento con las mujeres.

La fiscal adjunta también hizo referencia a unas imágenes de 2016 que se hicieron viral hace unos meses en redes sociales. En ellas, se ve cómo Diddy golpea brutalmente y arrastra por el suelo a su expareja, la cantante Cassie Ventura, en un hotel de Los Ángeles, una prueba "crítica" de su peligrosidad física, según Johnson. De acuerdo a la Fiscalía, Combs intentó sobornar a un agente de seguridad del hotel con dinero en efectivo para ocultar la agresión, y aunque el empleado lo rechazó, el vídeo de vigilancia desapareció días después de los servidores del hotel.

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