Integrantes de la familia Grullón estaban entre los últimos en llegar al Jet Set, y al momento de solicitar la cuenta para retirarse, ocurrió el lamentable evento que los dejó atrapados bajo los escombros, resultando en su pérdida. Así lo explicó Gregorio Adames Arias, quien trabajaba en el Jet Set desde el año 2018 y contaba con la plena confianza de los propietarios del lugar. Su testimonio fue ofrecido ante el Ministerio Público en calidad de testigo durante un interrogatorio formal dentro de la investigación oficial.
Adames indicó que esa noche cumplía con diversas tareas operativas, entre ellas asignar mesas, cobrar entradas, recibir pedidos y colaborar con la logística del evento. El espectáculo comenzó con la apertura de puertas a las 9:00 de la noche del 7 de abril, y fue alrededor de las 11:00 p. m. cuando el artista Rubby Pérez subió al escenario.
Según su declaración, cerca de las 12:40 de la madrugada del 8 de abril, mientras se encontraba en el segundo bar del local, observó la llegada de Eduardo Grullón, conocido como Lalo, acompañado por su familia. Aunque llegaron con algo de retraso, fueron de los primeros en prepararse para retirarse.
Adames comentó que en ese momento conversaba con Grullón, quien le recordó el bizcocho de cumpleaños de su esposa. El empresario, en tono relajado, respondió que prefería evitar hacer una escena, ya que su esposa le había pedido que no organizara ninguna sorpresa. “Le dije que yo mismo le iba a llevar el bizcocho al vehículo. Me respondió: ‘Está bien, mi hijo’. Entonces pidió la cuenta al camarero Alejandro Ramírez”, relató Adames.
En ese instante ocurrió el derrumbe. “Me doy la vuelta, miro al bar, y cuando giré de nuevo, todo se desplomó. Escuché un fuerte sonido. Todo era gritos y oscuridad”, expresó. Afirmó que sufrió heridas en la cabeza, la espalda y el hombro, y que rápidamente entendió la gravedad de lo sucedido. “Dí un golpe en el bar y dije: ‘Dios mío, ¿por qué?’”, añadió, visiblemente afectado.
De acuerdo con su testimonio, esa noche laboraban alrededor de 32 empleados en el establecimiento, entre ellos camareros, bartenders y personal de apoyo. Mencionó a Roger Hernández, Emely, Carolina Lora, Luis Miguel Mejía y Alejandro Ramírez, quien atendía a la familia Grullón en el momento del hecho.
Este testimonio forma parte de las diligencias judiciales relacionadas con un suceso que ha provocado un fuerte impacto en la sociedad dominicana. El hecho, ocurrido en Santo Domingo, ha llevado a acciones legales contra los responsables del local, luego de que se confirmara la pérdida de 235 personas y más de 180 heridos.
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