En el Vaticano fue realizada la tradicional ceremonia de juramentación de los nuevos reclutas de la Guardia Suiza Pontificia, con la presencia del Papa León XIV, el primer Pontífice en asistir en 57 años, desde que lo hiciera por última vez el Papa San Pablo VI en 1968.
Usualmente la ceremonia se celebra cada 6 de mayo, conmemorando el heroico sacrificio de 147 guardias suizos que entregaron su vida durante el saqueo de Roma, el 6 de mayo de 1527 para proteger al Papa Clemente VII. Este 2025, el acto fue pospuesto excepcionalmente por el fallecimiento del Papa Francisco, el 21 de abril.
El juramento se realizó en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico —que rara vez es accesible al público—, ante el estandarte de la Guardia Suiza, prometiendo los nuevos reclutas proteger al Papa reinante y a sus legítimos sucesores, incluso a costo de su propia vida.
El viernes, el Papa León XIV recibió a los 27 nuevos guardias suizos que hoy prestaron juramento y les agradeció por su entrega, su compromiso de servicio. “Cada uno puede ser para los demás un modelo con sus palabras y con su conducta, con su caridad y su fe. Ustedes pueden ser un mensaje de unidad para toda la Curia Romana”, les dijo el Santo Padre.
El Papa añadió que con el juramento de este sábado, los reclutas pasan a una nueva etapa de su existencia y les incentivó a vivir esta misión con convicción, entrando en la escuela de un Cristo humilde y obediente.
Ninguno “busca el martirio” pero todos están preparados
“Santo Padre, es para nosotros un gran honor y una inmensa alegría darle la bienvenida a la ceremonia de juramento de los nuevos guardias suizos”, dijo Cristoph Graff, comandante del cuerpo.
Graff agradeció a León XIV “por su confianza y su presencia tan valiosa y apreciada en esta memorable ocasión”. También dió la bienvenida a la multitud, entre los que se contaban familiares y amigos de los reclutas, miembros de la Guardia Suiza activos y antiguos, además de representantes de la política, de la religión y del ámbito militar de la sociedad.
Dirigiéndose a los reclutas, el comandante les expresó, en nombre de todos los presentes, su “mayor respeto” y reconocimiento por su esfuerzo y preparación para este momento trascendental en sus vidas.
“Santo Padre, con este juramento cada guardia se compromete a servirle con todas sus fuerzas y, si las circunstancias lo requieren, incluso a sacrificar su propia vida”, añadió el comandante Graff.
“Ninguno de ellos busca el martirio, pero cada uno promete solemnemente hacer todo lo necesario para estar preparado en la hora de la necesidad. Ellos lo hacen con plena reflexión, con seriedad y nunca con ligereza”, dijo.
Para cumplir su labor, continuó Graff, cada efectivo del cuerpo debe sostenerse en el ejemplo y la intercesión de los tres patronos de la Guardia Suiza Pontificia: San Martín de Tours, San Sebastián y San Nicolás de Flüe.
El Capellán de la Guardia Suiza, P. Kolumban Reichlin, expresó su orgullo y agradecimiento a cada uno de los reclutas por haber respondido la llamada a “este honorable servicio”.
Seguidamente, los nuevos guardias suizos pasaron al frente y prestaron juramento ante el Papa y la bandera del cuerpo. Al finalizar, la banda musical del cuerpo de la guardia interpretó algunas piezas musicales.
Antes de concluir la ceremonia, el Papa León XIV tomó la palabra espontáneamente y aseguró que el juramento de los nuevos guardias “es un testimonio muy importante en el mundo de hoy” porque hacer comprender la importancia “de la disciplina, del sacrificio, de vivir la fe, en un modo que realmente habla a todos los jóvenes del valor de dar la vida, de servir y de pensar en los demás”.
“Les agradezco en mi nombre y de toda la Santa Sede por su servicio. Que Dios los bendiga, bendiga a sus familias y los acompañe siempre. Gracias”, dijo el Papa León.
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