•Durante sesiones prolongadas de ejercicio se pierde agua del cuerpo, sobre todo en forma de sudor, y el rendimiento físico disminuye cuando la pérdida de agua excede el 1-2% del peso corporal.
•La pérdida de agua bajo temperaturas extremas o durante la realización de ejercicio físico puede ser de unos 10-12 L/día o incluso más.
•Estas altas pérdidas se deben compensar adecuadamente, consumiendo líquido antes, durante y después de la actividad, para evitar alteraciones graves del balance de agua y sales minerales.
Fuente: Instituto Europeo de Hidratación
Cuando una persona realiza un trabajo que implica un esfuerzo físico (construcción, pesca, agricultura, entre otros), el sudor es a menudo superior a la ingesta de agua, produciendo un déficit de agua corporal (deshidratación).
En el caso de las personas que trabajan en una fábrica, la ropa hermética o el equipo de protección (máscaras) pueden afectar la hidratación corporal. En situaciones como éstas la deshidratación puede influir de manera adversa a la productividad, seguridad y la moral del trabajador, ya que el rendimiento mental puede verse reducido junto con el rendimiento físico, destaca el EHI.
Además, señala que el aire acondicionado de las oficinas propicia un ambiente más seco de lo normal, lo que da lugar a mayores pérdidas de agua a través de los pulmones y de la piel.
Todas las bebidas hidratan
De acuerdo con la nutricionista hondureña, Mónica Mourra, la hidratación es por tanto igual de importante para el trabajador de oficina como para el trabajador manual. Destaca que las pérdidas de agua deben compensarse con una alimentación balanceada conformada por todos los grupos de alimentos y bebidas con un alto contenido de agua.
Según el Instituto de Medicina de los Estados Unidos (IOM, por sus siglas en inglés), alrededor del 80% del consumo total de líquidos de las personas proviene de las bebidas (inclusive bebidas con cafeína), mientras que el 20% restante procede de los alimentos. Además señala que muchas de las bebidas que se consumen habitualmente como los jugos, gaseosas, refrescos, café, té, entre otras, son más de un 85% agua, por lo que constituyen una significativa fuente de líquido para la dieta.
De acuerdo con Mourra, “Todas las bebidas hidratan el cuerpo, inclusive aquellas que contienen cafeína. Aunque la cafeína puede tener un efecto diurético leve y a corto plazo en aquellas personas que no la consumen normalmente, los estudios científicos señalan que ese no es el caso de quienes la consumen con regularidad.
Para mantenerse hidratado en el lugar de trabajo la nutricionista Mourra recomienda:
Durante las comidas y entre ellas el individuo se debe hidratar adecuadamente. Todas las bebidas hidratan por lo que el agua, los jugos de fruta, los refrescos, la leche, el café, las gaseosas o el té son buenas fuentes de hidratación.
Si la preocupación es el aporte calórico o el peso, el agua y las bebidas bajas en calorías, sin calorías o con cero calorías son una buena opción.
Comer habitualmente frutas, verduras, sopas y otros alimentos con alto contenido de agua.
No confiar únicamente en la sensación de sed para beber y tener una botella de líquido a la mano en el puesto de trabajo.
Responsabilidad de los empleadores
De acuerdo con el EHI, es importante que los empleadores brinden facilidades a sus trabajadores para hidratarse durante sus jornadas laborales y recomienda las siguientes acciones:
Inclusión de prácticas que fomentan el consumo de líquidos: Provisión de fuentes de agua y máquinas expendedoras pueden alentar a los trabajadores a beber más a menudo.
Mejorar el acceso a baños también puede aumentar el consumo de líquidos.
Educar a las personas (especialmente a aquellos que trabajan en ambientes calurosos) a comprender los riesgos de la deshidratación y a identificar cuándo ésta ocurre.
Fomentar la ingesta adecuada de líquidos y hacer hincapié en la importancia de una dieta balanceada que incluya alimentos ricos en agua (frutas y verduras).
La importancia de la hidratación
Según el EHI, el agua es el componente mayoritario de las células del cuerpo. Transporta los nutrientes a las células y se encarga de retirar de las mismas los residuos o sustancias de deshechos. Asimismo, ayuda a regular la temperatura corporal mediante la redistribución del calor desde tejidos activos hasta la piel y mediante el enfriamiento del cuerpo a través del sudor.
Además menciona que el agua normalmente representa el 60% del peso corporal en hombres adultos, y es ligeramente inferior, un 50-55%, en mujeres debido a su proporción más alta de grasa corporal. El cerebro y los músculos son aproximadamente un 75% agua, la sangre y los riñones un 81%, el hígado un 71%, los huesos un 22% y el tejido adiposo un 20%.
Por su parte la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos indica que en condiciones normales ambientales y nivel de actividad, la ingesta diaria para individuos sanos de 19 años o más es de 3.7 litros para hombres y 2.7 litros para mujeres. El requerimiento de agua depende del peso corporal de la persona, la cantidad de actividad física que realiza y varía en diferentes etapas del ciclo de vida.
“El cuerpo necesita agua para sobrevivir y funcionar correctamente. Ningún otro nutriente es tan fundamental o necesario en cantidades tan elevadas. Por esta razón todas las bebidas deben formar parte esencial de un estilo de vida activo y saludable”, concluye la nutricionista Mourra.
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