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Invita a que lo acompañen a segunda etapa del Metro de Sto.Dgo en el 20012

El presidente Leonel Fernández invitó a los miembros de la Asamblea Nacional a que, como ocurrió con la primera etapa del Metro de Santo Domingo, lo acompañen a inaugurar la segunda etapa el 27 de febrero del 20012 durante su discurso de rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional en el que se refirió también, entre otros temas, al auge de la delincuencia, la presencia de miembros de las Fuerzas Armadas en actos delictivos y la Reforma Constitucional.

Fernández dijo que en sólo un mes de operación el Metro de Santo Domingo ha movido un total de un millón 895 mil pasajeros.

“En virtud de los tangibles y variados beneficios que de manera directa e indirecta ya genera la Primera Línea del Metro, estoy impartiendo instrucciones a la dirección de la Oficina para el Reordenamiento del transporte (OPRET), a los fines de acelerar los procesos de revisión correspondientes a las propuestas recibidas en la licitación de la concesión de la Segunda Línea del Metro que iría desde San Isidro, cruzando por San Luis hasta los Alcarrizos; y el tren desde este último punto hasta Santiago”.

Anunció que establecerán un Observatorio de la Violencia y el Crimen, mediante la coordinación de la Secretaría de Interior y Policía con otras instituciones del Estado, los síndicos y municipios.
Dijo que el gobierno no cederá tregua al crimen y reconoció que la población se encuentra en estos momentos perturbada y hasta atemorizada por la presencia de miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía en actos vandálicos relacionados con el narcotráfico y el crimen.

Sin embargo, defendió tanto a las FFAA como a la Policía calificando de excepciones los miembros de estas instituciones que se involucran en delitos.
Mencionó los casos en que miembros de la Marina de Guerra participaron en la matanza de siete personas en Paya, Baní; los 20 miembros de la PN vinculados a una red de narcotráfico en Puerto Plata; el asalto dirigido por un mayor de la Fuerza Aérea a la empresa lechera Parmalat y dijo que estos casos indican “que no debemos desmayar en la evaluación y depuración permanente que hay que llevar a cabo en las referidas instituciones”.

Un inesperado incidente irrumpió de manera imprudente en la solemnidad de la Asamblea Nacional e hizo que el presidente Leonel Fernández parara momentáneamente el discurso que pronunciaba al país presentando las memorias del último año de su gestión de gobierno.

El incidente lo protagonizaron el diputado perredeista Ulises Rodríguez y un miembro de la seguridad del Presidente, cuando el legislador pretendió salir de la Sala de la Asamblea por una puerta clausurada hasta tanto concluyera la intervención del mandatario.

El diputado Rodríguez, de Santiago, se dirigía al baño y cuando se aproximó a la referida puerta un miembro de la escolta Presidencial le indicó sobre la prohibición, ante lo cual vino la insistencia del congresista, evidentemente apurado por una necesidad fisiológica impostergable.

El legislador, rompiendo todos los parámetros de la solemnidad del momento, gritó diciendo: “Presidente, dígale a su seguridad que me suelte, que necesito ir al baño”.

Y era que el diputado Rodríguez estaba siendo sujetado de un brazo por el militar de la seguridad que se aferraba a no dejar pasar al hombre alegando cumplir órdenes superiores.

La escaramuza no solamente arrancó la distracción y atención de los presentes en la augusta Sala, sino que también provocó la curiosidad e inquietud al país que veía y escuchaba por televisión la intervención del Presidente.

“Señor Presidente, su militar me sujetó por un brazo”, volvió a insistir el diputado impedido en ese momento de llevar a cabo su premura de ir al baño.

“Si me permiten continuar, por favor”, se escuchó claramente reclamar al Jefe de Estado en medio del minúsculo pero desagradable percance.

El presidente Fernández lució momentáneamente perturbado y desorientado pero ello no le hizo perder la concentración en la lectura de su discurso.

Todos quienes estaban presentes en la sala quedaron sorprendidos con la ruptura del orden y la solemnidad, al igual que los televidentes que pudieron percatarse de la detención del discurso y el rostro de preocupación del Jefe de Estado.

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