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Mejora tu dieta en el trabajo con unos simples y prácticos consejos

Hoy en día es difícil conseguir llevar a cabo una alimentación sana y equilibrada en nuestro puesto de trabajo, uno de los lugares donde más horas pasamos al día. La mayoría de nosotros trabajamos en oficinas o sitios parecidos que nos obligan a pasar la mayor parte del día sentados, y normalmente delante de una pantalla de computadora. Este tipo de conducta laboral termina provocando una vida sedentaria y una alimentación deficiente y de baja calidad, lo que siempre suele provocar que terminemos con unos kilos de más difíciles de eliminar, e incluso algún que otro problema de salud.
Afortunadamente, la preocupación por conseguir una salud de hierro y una figura apuesta no tiene que aparcarse debido a nuestra vida laboral. Solo basta con seguir una serie de consejos prácticos que conseguirán que aunemos sin problemas una dieta sana y equilibrada y nuestro empleo.
 Opta por la comida casera. Muchas veces no podemos elegir por donde vivir y trabajar, pero si estás buscando casa o trabajo trata que ambos estén cerca, para poder ir a comer a casa. En caso contrario opta por llevarte la comida de casa al trabajo, así controlarás mejor que alimentos tomas y como están cocinados. Los establecimientos de menús para trabajadores no suelen ser recomendables, ya que abusan de los alimentos grasos, de los fritos y de los aderezos.
 Trata de respetar los horarios de comidas. Nuestro organismo es capaz de recordar y analizar los patrones de alimentación, por lo que si comemos sin horarios fijos interpretará que la comida es escasa y tenderá a guardar más nutrientes y grasas. Para evitar esto intenta que tus horas de comer no varíen más de media hora de un día para otro.
 No te saltes ninguna comida. Puede parecer mentira, pero no comer es el camino más corto hacia el sobrepeso, ya que nuestro organismo entenderá que debe guardar aún más grasa. Trata de tomar un tentempié cada tres o cuatro horas, con lo que además mantendrás un nivel de energía más equilibrado durante todo el día, evitando las comidas abundantes y las digestiones pesadas. Para estos tentempiés huye de los dulces y la bollería industrial llena de grasas saturadas y calorías vacías que no quitan el hambre, en su lugar opta por tortitas de cereales o una pieza de fruta.
 Hidrátate con asiduidad. Muchas veces terminamos picando algo porque creemos tener hambre cuando realmente lo único que tenemos es sed. Aunque no parece lo más lógico, en algunas ocasiones es difícil diferenciar las sensaciones de hambre y sed. Para que la duda no nos haga comer de más, lo mejor es tomar agua ante las primeras sensaciones de hambre. Si seguimos este consejo no solo no comeremos cuando no lo necesitamos, sino que ayudaremos a nuestro organismo a librarse de grasas y líquidos gracias a las capacidades drenantes del agua.
 Socializa mientras comes. No es recomendable comer, ya sea durante el almuerzo o la pausa para el café, delante de la computadora, ya que de este modo sin darnos cuenta terminamos comiendo mucho más e ingiriendo alimentos que ni queríamos. Lo mejor es aprovechar las pausas para comer para entablar relación con los compañeros del trabajo. Además de que mejoraremos el ambiente en la oficina, cuidaremos nuestra dieta, ya que si comemos mientras charlamos necesitamos menos alimento para saciarnos y al espaciar nuestros bocados saborearemos mejor cada alimento.
Estos consejos son solo el principio de una vida más sana, ya que debemos tener en cuenta más facetas de nuestro día a día. Por ejemplo, deja el coche en casa y ve al trabajo haciendo ejercicio con una bicicleta o unos patines, seguro que encuentras algunos baratos en una página de clasificados como ésta. Gracias al ejercicio, llegarás al trabajo con mejor apetito, quemando calorías y con un estado anímico mucho más feliz.
Por Liliana Costa de corotos.com.do

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