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Francisco José Arnáiz, fue sepultado en el cementerio de los jesuitas, en Manresa Loyola

Los restos del obispo emérito de Santo Domingo, Francisco José Arnáiz, fueron sepultados en el cementerio de los jesuitas, en Manresa Loyola.
Arnáiz falleció el viernes pasado en Santiago y fue velado ayer en la iglesia Santísima Trinidad, donde Agripino Núñez Collado y Juan Antonio Flores oficiaron misas de cuerpo presente.
El obispo de Santiago, Benito de la Rosa y Carpio, pronunció una homilía y destacó las cualidades del fallecido.
Dijo que antes de fallecer, Arnáiz pidió comer un "asopao" de camarones, luego solicitó a su enfermera que lo llevara a dar un paseo en la silla de ruedas en la que se encontraba y minutos después pedió que lo acostara, que lo acomodara bien y ahí falleció.
"Los que aman la vida se mueren así. El sabio, como era Arnáiz, sabe cómo conducir su vida y como morir", dijo De la Rosa y Carpio.
El nuncio apostólico Jude Thaddeus Okolo ofreció las condolencias enviadas por el papa Francisco a los dominicanos por la muerte del monseñor Francisco José Arnaiz.
"Con estos sentimiento el Santo Padre les otorga, con afecto la confortadora bendición apostólica, como signo de fe y esperanza en el Señor resucitado", expresó.

Cándida Montilla de Medina asiste a funeral de monseñor Arnáiz
La Primera Dama Cándida Montilla de Medina asistió a los actos de honras fúnebres del obispo emérito de Santo Domingo, monseñor Francisco José Arnáiz Zarandona, efectuados en el centro de ejercicios espirituales de los jesuitas San Ignacio de Loyola, en Manresa.
 Expresó que en nombre del presidente Danilo Medina, del suyo propio y de la República Dominicana, aboga para que “este momento nos sirva de meditación, acerca del legado que deja esta gran persona, sencilla y humilde que pasó por nuestras vidas y es un verdadero ejemplo para toda la sociedad”.
La misa fue oficiada por monseñor Amancio Escapa, en representación del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, y la homilía fue pronunciada por  monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo de la Diócesis de Santiago, quien valoró la vida intelectual y sencilla del fenecido Monseñor Arnaiz.

Desde Madrid, España.- 
El arzobispo de Santo Domingo, cardenal Nicolás López Rodríguez, consideró que el fallecimiento de monseñor Francisco José Arnáiz enlutece a la Iglesia latinoamericana y apaga una de las mentes más lúcidas de la sociedad dominicana.
"Su vocación sacerdotal, su altruismo y su erudición inigualable convirtieron al padre Arnáiz en un referente para la Iglesia", destacó López Rodríguez, que citó los inicios del sacerdote jesuíta en la Iglesia Dominicana después de ser expulsado de Cuba poco después del triunfo de la revolución castrista en el año 1959.
Arnáiz, obispo emérito de Santo Domingo, murió este viernes en la ciudad de Santiago, República Dominicana. López Rodríguez lo definió como un amigo no sólo en la fe cristiana sino también en lo personal y en lo académico, y destacó su labor pastoral de más de 60 años.
El arzobispo de Santo Domingo, se encuentra en España desde el pasado miércoles, en ruta a la ciudad de Roma.
Lamentó no haber podido estar presente en los funerales de monseñor Arnáiz, pero recordó que antes de viajar a Europa lo visitó en la Clínica Homs de Santiago.
Recordó su proverbial buen humor y la broma con el médico que lo atendió en su última crisis de salud: "Yo lo que necesito ahora es un buen tabaco, doctor...", recordó el cardenal López Rodríguez que le dijo Arnáiz a su médico días antes de morir.

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