Un avión de la compañía American Airlines tuvo que abortar su despegue en el aeropuerto de Chicago.
El avión se incendió y los pasajeros fueron desalojados inmediatamente; sin embargo, 20 personas fueron hospitalizadas con heridas menores, de acuerdo con reportes de medios locales.
Cuando se inicia un incendio por esta acción, los pasajeros y la tripulación son desalojados inmediatamente, del lado contrario al fuego.
170 pasajeros fueron evacuados a través de los toboganes de emergencia.
Cuando un comandante decide abortar un despegue, tiene que asegurarse de que el avión no rebase los límites del aeropuerto, y permanecer dentro de la pista, pues lo contrario podría provocar una catástrofe.
Al abortar el despegue, los frenos son sometidos a la máxima exigencia, lo que ocasionalmente provoca el sobrecalentamiento e incendio de los mismos.
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