El pasado viernes 20 de enero, de acuerdo con los fiscales, la imputada Pamela Rosario Suárez, ingreso al Hospital Materno Infantil San Lorenzo de Los Minas, a las 7:40 de la noche y, usando uniforme de enfermería, se desplazó por el centro de salud durante varias horas.
Posteriormente, el documento señala que Rosario Suárez, ingresó en la habitación número 205, área de posparto, ubicada en el segundo piso, donde se encontraba Geralis Payano junto a la bebé, fingiendo ser enfermera del área y procedió a colocarle un termómetro. Luego, le aseguró a la madre que su hija presentaba fiebre, y que era necesario ingresarla en el área de perinato para normalizar su temperatura.
El Ministerio Público indica que cuando la imputada salió de la habitación, inmediatamente escondió a la niña entre sus pertenencias para pasar desapercibida. Después, abordó un taxi, que se encargó de trasladarla hasta la carretera vieja de Sábana Perdida, en Santo Domingo Norte, donde llegó a la residencia de su amigo Miguel Reyes Sánchez, a quien le había pedido que le permitiera dormir y a quien le informó que la bebé, que llevaba en brazos, era la hija de una prima suya.
Los fiscales dicen que la imputada Pamela Rosario Suárez salió de la vivienda de Reyes Sánchez a tempranas horas de la mañana del sábado hacia la comunidad de Villa Riva, donde le esperaba su pareja sentimental Joselito Mejía.
“Le había dicho que mantenía un embarazo avanzado y que tuvo una cesárea el viernes en un centro médico de la capital, pero que ella y “su hija” se encontraban en perfecto estado, por lo que ya iban en camino para que la conociera”, apuntan los fiscales, al tiempo de indicar de la mujer le compartió fotos y videos a su pareja de la infante.
En horas de la tarde de ese mismo día, Rosario Suarez, llegó a su residencia, ubicada en la comunidad de Villa Riva, provincia Duarte, con la niña, afirmando que se trataba de la hija de ambos, recibiendo los cuidados propios del “post-parto”, tanto por su madre como por su suegra, las señoras Agripina Suarez y Lucia Mejía, respectivamente.
Cuando salió en redes sociales el video que capturó la cámara de seguridad del centro, en el que se apreciaba a la imputada, Reyes Sánchez, el hombre donde se quedó a amanecer con la niña, advirtió a la Policía Nacional del parentesco de la imputada con la que aparecía en la fílmica y el hecho de que ese día, su amiga había llegado a su casa de madrugada y con una bebé en brazos.
“Este hecho le motivo a contactar a la Policía Nacional e informar el alcance de lo que conocía, indicando la posibilidad de que la imputada pudiese estar escondiendo a la menor en la comunidad de Villa Riva, provincia Duarte, lugar de donde ambos son oriundos”, señala el Ministerio Público.
En hora de la madrugada del martes, agentes de la Policía Nacional se trasladaron a la comunidad de Cerrejón, Villa Rivas, provincia Duarte, en donde se levantaron informaciones que permitieron identificar la presencia de recién nacida que había llegado al entorno el sábado, indica el MP.
“Ante el estado de vulnerabilidad que suponía para la bebé raptada, encontrarse rodeada de completos extraños, frente al desconocimiento por parte de las autoridades del ambiente en que se hallaba y los riesgos que la rodeaban, se dispuso la colocación de agentes policiales en los alrededores, recibiendo la autorización del ciudadano Joselito Mejía, para inspeccionar su vivienda, mientras aseguraba que la niña en el interior era su hija junto a su esposa, Pamela Rosario Suárez y que le pretendía nombrar Lucianny, en honor a la abuela”, indican los fiscales en el documento de solicitud de medida de coerción.
El Ministerio Público afirma que una vez dentro de la vivienda, la niña fue rescatada y tenía las mismas características con las que había sido reportada como desaparecida, por lo que se trasladaron hacia la capital para confirmar o descartar la filiación.
El pasado martes, el laboratorio Patria Rivas, de acuerdo con el MP, emitió un informe de investigación de filiación que confirma que la bebé retenida por la imputada, se trataba de la bebé de Geralis Payano, con un 99.9 % de compatibilidad genética.
Ese mismo día, la madre de la imputada, Agripina Suárez, hizo entrega voluntaria de un uniforme de enfermería con el que su hija había llegado a su casa el sábado.
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