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Superar obstáculos

Cuando estas en la cima te sientes pleno porque alcanzaste el objetivo que te propusiste y para el cual te preparaste, pero antes de estar allí arriba tuviste que superar obstáculos, hasta pérdidas materiales, emocionales y humanas.

Thais Herrera es la representación de esas líneas, una montañista que goza de tener el título a la primera mujer dominicana en llegar a la cumbre del monte Everest, sin embargo, como cualquier otro ser humano ha tenido que enfrentarse a momentos amargos; como lo fue la muerte de su esposo.

En una entrevista a Listín Diario, Herrera contó que el motor y la inspiración de hacer montañismo es por la persona que fue su compañero de vida durante mucho tiempo, Domingo Aristy.

Tras 18 años de matrimonio y dos hijos, la vida le dio un duro golpe a Thais, perder a su esposo luego de que este enfermara de cáncer.

Cuando su esposo enfermó ya Thais estaba involucrada en el montañismo, pues hacia triatlón, lo que le permitió conocer a Karim Mella (Primer dominicano en subir al Everest), este la invita subir el Pico Duarte y así dio inició a lo que es su pasión hoy día.

“Aunque ya había ido cuando niña, en ese momento, wao, reconecto con la naturaleza y ellos mismos me dijeron: tú tienes buen perfil de montañista”.

Luego de esta experiencia, la dominicana empieza a cultivar ese amor al montañismo y obtiene una beca para ir a una escuela de glaciares fuera del país.

“Ahí fue que conecté y dije voy al Everest, de fresca, eso hace muchísimo y yo no tenía ni el conocimiento ni la experiencia para una montaña como el Everest, pero ahí fue que mi esposo enfermo de cáncer”, relató.

Para el año 2018 producto de la terrible enfermedad, Domingo Aristy fallece, lo que significó un difícil momento en la vida de la también conferencista, quien en busca de sanar el dolor se embarga en la aventura de viajar a Ecuador y escalar una montaña.

“Mi esposo enfermó de cáncer y lamentablemente, pues cuando el fallece yo para sanar mi corazón me voy a la montaña y en la montaña de Ecuador quedé totalmente prendada de ella”.

Esas circunstancias fueron las que abrieron camino para que la dominicana se insertara más a fondo en el montañismo, marcando el inicio de esta historia que, aunque ahora escribe momentos de alegría, en sus primeras páginas guardan lágrimas y angustia.

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