Adrienne Jones‑McAllister recordó cómo “lo vio irse flácido en sus brazos” tras el fatídico accidente del 16 de julio. Su esposo, Keith McAllister, de 61 años, murió el día siguiente debido a los impactos del aparato.
El 16 de julio, en la clínica Nassau Open MRI en Westbury, Nueva York, se realizaba una resonancia a su esposa Adrienne. Ella pidió ayuda para bajarse, y el técnico dejó entrar a su esposo, Keith McAllister —quien llevaba una pesada cadena metálica de entrenamiento de casi 9 kg— para que entrara al cuarto.
En un instante de tragedia, la máquina lo “sacó”, lo volteó, y lo arrastró violentamente hacia el resonador. Ella y el técnico intentaron apartarlo, pero no lo lograron.
“No puedo asimilar lo que sucedió en esa habitación. Lo vi flácido en mis brazos, y esto aún palpita en mi mente”, declaró Jones a News 12 Long Island
“Le decía: ‘¿Podrías apagar la máquina? Llama al 911. Haz algo. ¡Apaga esta maldita cosa!“, reveló.
Keith sobrevivió en el resonador durante casi una hora antes de ser liberado, según reveló su familia a través de GoFundMe.
Luego sufrió varios ataques cardíacos y falleció un día después en el hospital.
La policía del condado de Nassau calificó el suceso como un “episodio médico” tras entrar en la sala sin autorización, aunque Keith había asistido antes con la misma cadena y se había conversado sobre ello.
La advertencia de los especialistas médicos
El Instituto Nacional de Imágenes Biomédicas y Bioingeniería advierte que las máquinas de resonancia magnética ejercen “fuerzas muy poderosas sobre objetos de hierro, algunos aceros y otros objetos magnetizables” y tienen la fuerza “para lanzar una silla de ruedas a través de la habitación”.
Desde 1980, han ocurrido menos de una docena de accidentales muertes por fuerza magnética en resonadores en todo el mundo.
Familia pide respuestas y justicia
Adrienne y su hija Samantha impulsaron una recaudación en GoFundMe para cubrir gastos funerarios, recaudando cerca de USD 7 000. La familia planea iniciar acciones legales contra la clínica, acusando negligencia por haber permitido el ingreso de Keith sin advertirle del riesgo.
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