La Asociación Universitaria de Estudiantes de Trabajo Social (ASUTRAS) de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, organizó el pasado miércoles 29 y jueves 30 de abril el congreso “Trabajo Social Anti-Opresivo como una Cuestión de Derechos Humanos”.El objetivo de estas jornadas fue presentar la perspectiva de un quehacer nuevo y coherente del trabajo social, que sea más una herramienta que opera contra la opresión y las inequidades del sistema, en oposición a las prácticas tradicionales del trabajo social que asume una postura asistencialista.
El cuerpo de expositores del evento estuvo integrado por Leonardo Sánchez, Kirssys Santana, Cinthia Dullard, Ángel Pichardo Almonte, Mirna Carranza (Canadá), Melisa Zamora (Costa Rica), Ivelice Villavicencio, Cheyla Valera y Héctor Romero.
Kirssy Santana apeló a la necesidad de los trabajadores sociales de involucrarse en el desarrollo de los procesos de la ciudadanía para interiorizar las problemáticas que afectan la sociedad. Consideró que es esencial para las y los trabajadores sociales, enfrentarse a las contradicciones para proponer soluciones, y así pasar de la neutralidad al posicionamiento.
Villa Vivencio refiere que la persona con discapacidad es considerada "menos útil", ya que se piensa que no puede contribuir al "bien económico de la comunidad". La relación entre pobreza y discapacidad se hace cada vez más estrecha porque al no tener recursos se hace más difícil tratar la deficiencia y la rehabilitación, así como el acceso a las medidas de prevención. Además, el tener una discapacidad dificulta la posibilidad de tener trabajo en un mercado tan selecto. Hablamos de segregación y de individualismo.
Melissa Zamora planteo que “la noción de normalidad es construida en un marco social y económico que responde a intereses estructurantes, que vienen a determinar cuáles actividades humanas y capacidades pueden ser consideradas como “normales”. En este sentido, la discapacidad se concibe como una desviación de la norma, generando exclusión y prácticas de violencia.
La actividad fue realizada en el Paraninfo de la Facultad de Economía con el aval institucional de la universidad canadiense Ryersony McMaster, entidad con una importante trayectoria académica en el área del trabajo social.
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