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UNA PIRRICA VICTORIA
Por JUAN TH

Para que se produjera “la pela” electoral que el presidente Leonel Fernández prometió darle al PRD debió sacar 3 millones 458 mil 632 votos que suman el 60 por ciento de los 5 millones 764 mil 387 inscritos en la Junta Central Electoral con capacidad de ejercer el sufragio.

Sin embargo el presidente Fernández apenas alcanzó el 38.16 por ciento de ese total, 2 millones 199 734 votos, a pesar de haber subsidiado con fondos públicos la campaña electoral comprando los tránsfugas y traidores que formaron parte del estercolero de la política criolla, el subsidio coyuntural de los alimentos, la compra masiva de periodistas y medios de comunicación. Se calcula que el presidente gastó durante toda la campaña cerca de cien mil millones de pesos para “ganar las elecciones” en primera vuelta.

Si sumamos la abstención, que fue de un 29 por ciento, esto es, un millón 650 mil 743 personas de los inscritos, más un millón 654 mil, 066 votos del PRD, los 187 mil 645 del Partido Reformista, junto a los 64 mil 405 de los partidos pequeños o emergentes, tenemos que, 3 millones 556 mil 859 personas no votaron a favor de la reelección.

Significa, en buen dominicano, que de los 5 millones 764 mil 387 hombres y mujeres mayores de 18 años, o sea, con derecho al voto, más de 3 millones 500 mil, más de un 60 por ciento, no sufragó a favor del presidente Fernández.

Por lo tanto no hay razones para la euforia y la exaltación del supuesto liderazgo de Leonel Fernández. Al precio de miles de millones de pesos en compra de periodistas, miles de millones de pesos en subsidios, cientos de millones de pesos en la compra de tránsfugas y traidores, decenas de millones de pesos en la compra de cédulas, más los 130 millones de dólares tomados prestados a la Sun Land, invertidos también en la campaña, pocos votos obtuvo el presidente Fernández. Con todos esos millones de pesos y de dólares Trajano, el del PRI, o Guillermo Moreno, para no decir Miguel Margas, hubiera sacado más votos que el presidente Fernández... Con todos esos cuartos cualquiera se pone el traje de líder. .

Quiere decir que el gobierno surgido de las urnas este 16 de mayo será un gobierno de minorías. El presidente Fernández, a pesar de todas las diabluras que patrocinó apenas logró el 44.84 por ciento. Los aliados le sumaron más de 400 mil votos, los 8 puntos que le permitieron irse en primera vuelta, lo que tendrá un costo muy elevado a la hora de repartir los cargos, provocando serios inconvenientes con los militantes y dirigentes del PLD que se consideran con más derechos.

Quienes pensaron que este país no tiene reservas morales porque el PLD se impuso en las elecciones a base de triquiñuelas están muy equivocados. Los números indican que la mayoría de los dominicanos y dominicanas no aprueba esas malas artes, que rechaza la corrupción y el clientelismo; que desea que se respeten las leyes y la Constitución. Durante las votaciones, es mi lectura, la mayoría del pueblo dominicano expresó en las urnas su rechazo a la reelección del presidente Fernández.

Los 3 millones y medio de ciudadanos que no votaron o que votaron contra el PLD y contra la reelección, principalmente los dirigentes, militantes y simpatizantes del PRD, que suman un millón 654 mil 66, es decir, un 40.48 por ciento, tienen que sentirse muy contentos y orgullosos independientemente de no haber “ganado” las elecciones.

Se trata de un millón 654 mil 66 perredeístas que no se vendieron, que no vendieron sus cédulas, que resistieron las tentadoras ofertas que les hacia el gobierno constantemente. No es poca cosa, un millón 654 mil 66 hombres y mujeres defendiendo a su partido y a su candidato Miguel Vargas. Un millón 654 mil 66 ciudadanos dignos, probos, que no se doblegaron ante el oro corruptor del gobierno.

Eso vale más que la presidencia de la República; sobre todo de una presidencia adquirida haciendo trampas, comprando seres humanos como si fuera ganado, como bestias en el matadero. La actitud de ese millón 654 mil 66 hombres y mujeres del PRD que no se vendió, que no le puso precio a su voto, a su conciencia, que no traicionó sus principios, que no vendió ya muerto a Peña Gómez como hicieron algunos traidores, es digna de ser resaltada en estos momentos de inversión de valores en una sociedad donde los “inmorales nos han igualado” a todos

El llamado al dialogo, a la concordia, a la unidad nacional, y demás pendejadas, se inscribe en el marco de un gobierno de una base social débil, que acaba de obtener una “victoria” pírrica, con un 30 y pico por ciento del total de votantes.

El PRD debe rechazar esas zoquetadas, esos caramelos envenenados.

El próximo 16 de agosto, cuando se inicie el nuevo período constitucional, el Palacio Nacional se convertirá en un polvorín. Este país se tornará ingobernable, no tanto por la crisis internacional del petróleo, sino por la incompetencia oficial, por el gasto excesivo y politiquero de los recursos del Estado y por la corrupción, que aumentaran los niveles de pobreza por la falta de empleos, de alimentos y de salud para el pueblo.

El PRD es un partido de oposición, no está para contemporizar con el gobierno; que lo sigan haciendo el Cardenal y Monseñor, el dúo dinámico del presidente Fernández, que muy bien que les ha ido en estos años.

El PRD tiene que actuar en función de los intereses del país de los 3 millones 500 mil y tantos dominicanos, más del 60 por ciento, que votaron en contra de la reelección; no a favor del país del presidente Fernández de apenas un 38 por ciento de los votantes. El país del presidente Fernández y el PLD es distinto al país del PRD, por lo menos desde el punto de vista político.

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